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Mujeres líderes de siete países dan ejemplo en la lucha contra el Covid-19

En un mundo en el que menos del 10% de naciones están gobernadas por mujeres, resulta muy significativo que siete de los países que mejor han manejado la crisis generada por la pandemia del Covid-19 estén al mando de liderazgos femeninos. Es así como en Alemania, Dinamarca, Islandia, Finlandia, Noruega, Nueva Zelanda y Taiwán, sus mandatarias mostraron una rápida intervención instaurando políticas y medidas tendientes a proteger a su población tales como: confinamiento obligatorio, trazabilidad de casos, cierre y control de fronteras, comunicación clara, precisa, concisa y constante con la ciudadanía, fortalecimiento de la capacidad para realizar pruebas y obtención de resultados, así como también el uso de tecnologías.



Alemania

La canciller alemana Angela Merkel es doctora en Química Cuántica y dicen que esto ha tenido mucho que ver en el modo que se ha enfrentado a la pandemia en su país. Nunca minimizó la gravedad del asunto y desde el inicio de la crisis les dijo a los ciudadanos que el 70% de la población se contagiará y que el coronavirus era el mayor reto desde la Segunda Guerra Mundial. Si bien, Alemania, uno de los países más poblados de Occidente, está entre las diez naciones con más contagios (cerca de 175.000) a nivel mundial, tiene un número muy alto de recuperados (más de 150.000) y ha logrado mantener la tasa de mortalidad cerca del 1%, muy inferior a la de sus vecinos Italia, España, Francia y Reino Unido, en donde es de 10 y 12%. Según expertos, una de las claves tiene que ver con la realización de pruebas masivas desde el inicio para detectar el virus con suficiente antelación para aislar y tratar a los pacientes, el aumento de la capacidad de diagnósticos y la cantidad de camas habilitadas en cuidados intensivos.

El Gobierno alemán tiene previsto empezar a relajar gradualmente los controles fronterizos impuestos por la emergencia. Sin embargo, Merkel dijo que “la pandemia estará con nosotros por algún tiempo”.

Dinamarca

La socialdemócrata danesa Mette Frederiksen es la primera ministra más joven de la historia de Dinamarca. Reaccionó con rapidez cuando se conocieron los primeros casos positivos en el país. Cerró fronteras, mucho antes que varios de sus países vecinos, lo que ayudó a contener la expansión del virus, y decretó la cuarentena. El país registra 10.713 contagios, de los cuales 8805 se han recuperado y 537 han muerto. Con el balance positivo, Dinamarca fue también el primer país de la Unión Europea (UE) en reabrir guarderías y escuelas. Frederiksen ha usado las redes sociales para hacer ruedas de prensa dirigidas a niños o enviar mensajes a través de youtubers, mientras que la televisión pública ofrece en su canal juvenil noticias adaptadas al público de menor edad.


Islandia La primera ministra Katrín Jakobsdóttir ofreció a todos los ciudadanos (tuvieran síntomas o no) pruebas gratuitas para detectar el virus y estableció un sistema para localizar y aislar a los contagiados, con lo que ha mantenido a raya la enfermedad. Los test se empezaron a realizar en febrero, casi un mes antes de detectar el primer caso. Cerró algunos lugares de congregaciones masivas, pero no impuso cuarentena; incluso, los colegios y guarderías siguen funcionando. Ya empezaron a levantarse otras medidas restrictivas impuestas desde marzo. Las cifras dan muestra de su buena gestión: 1802 contagios, 1780 recuperados y 10 muertos, la tasa de mortalidad es una de las más bajas de Europa (2,83 por 100.000 personas). En las últimas semanas el número de curados supera el de contagiados. Finlandia Sanna Marin, la primera mujer que dirige Finlandia y también la primera ministra más joven del mundo, con 34 años, ha destacado por su gestión. El cierre oportuno de fronteras y la cuarentena nacional ayudaron a que el sistema de salud no colapsara. A mediados de marzo decretó el estado de alarma, que mantiene cerrados bares, restaurantes, museos, teatros, bibliotecas y colegios. Las guarderías nunca se clausuraron. Además, se alió con influenciadores que difunden información basada en datos reales a sus miles de seguidores en redes sociales para ayudar a evitar la propagación. Es uno de los países menos afectados de Europa. El Covid-19 ha dejado hasta ahora 6145 contagiados, 4300 recuperados y 287 muertes por millón de habitantes, frente a las 524 muertes por millón de España o las 462 de Italia. El país ya empezó a abrir los centros educativos de forma gradual y suavizará las restricciones del tráfico transfronterizo para permitir los desplazamientos dentro de la zona Schengen.

Nueva Zelanda

Aplanar la curva ha sido un objetivo que se han planteado muchos mandatarios, pero la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, fue más allá y se impuso el reto de eliminarla. Para eso aplicó uno de los confinamientos más estrictos del mundo, que por cinco semanas implicó el cierre de las fronteras, la obligación de quedarse en casa, el cierre de comercios y la suspensión de las actividades no esenciales. El país alcanzó 1488 contagiados y 21 muertos, pero rápidamente empezó a registrar menos infecciones, por lo que Ardern afirmó que el país le había ganado la batalla al coronavirus. Esta semana el reporte bajó a cero.


Noruega El país nórdico, gobernado por la primera ministra Erna Solberg, fue uno de los primeros del Viejo Continente en reaccionar a la pandemia desde que detectó el primer caso, el 26 de febrero. Su estrategia también se centró en la anticipación y en la aplicación de medidas estrictas de distanciamiento social desde un primer momento. Una de las acciones más originales fue la de dar una conferencia de prensa para resolver las dudas de los niños, trató de tranquilizarlos y les pidió ayudar para cumplir con las medidas necesarias para salir de la situación. Con 8196 contagios, 7114 recuperados y 232 muertes, el país está en una etapa de normalización muy lenta y progresiva.

Taiwán

La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, también reaccionó con rapidez y decisión. A pesar de estar muy cerca del origen del brote (esta isla se ubica frente a la costa de China) logró mantener las tasas de mortalidad y de contagio muy bajas. En diciembre, en cuanto se enteraron del brote en Wuhan, ordenó inspeccionar todos los aviones que llegaban desde China. En enero canceló los vuelos e introdujo 124 medidas para frenar el avance del virus. Usó sistemas de vigilancia para rastrear los posibles contagios y así diagnosticarlos a tiempo. No fue necesario recurrir al confinamiento de su población. El pequeño país alcanzó 440 contagios, 383 recuperados y 7 muertos, pero ha empezado a registrar cero contagios en un día.

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